Cuántas veces hemos errado lastimando a alguien que queremos o nos importa, y cuántas veces hemos dejado que el enojo y el dolor provocado se quede pendiente. Las disculpas o pedir perdón es lo correcto que debiéramos hacer.
Creemos que el llorar o mostrarnos débiles ante nuestras ideas o comportamientos, pueden ser una forma de permitir que los demás nos hieran, pero no es así en realidad, porque las disculpas pueden aminorar ese dolor provocado y mostrar de nosotros valentía lo cual nos hace respetables y confiables.
La confianza en toda relación de amistad, filial o de romance es lo más imprescindible que debiera existir, y esta en nosotros el conseguirla.
Si una persona le dice a otra todo el tiempo lo que quiere escuchar, o mentiras o frases para evitar la verdad, la otra persona tarde o temprano se dará cuenta de ello y no confiará más, peor aún si todo el tiempo se cambian las verdades por mentiras y visceversa.
Un ejemplo de esto puede ser el bien conocido “te amo” para complacer a la persona o obtener algo de ella, y después decirle “ no sé si te amo”. Como alguién puede confiar en esa persona si cambia todo el tiempo de argumento, aunque la verdad duela es mejor decirla, pero ojo la verdad libre de doble intencionalidad. Muchas veces decimos verdades que son las versiones de ese hecho o sentimiento, que sin embargo no son verdades, solo versiones; o también cuando existen sentimientos de venganza, odio, rabia, dolor. Creo que todos conocemos la verdad de algo que nos sucede o de algo que pensamos, sólo que preferimos ignorarlos u olvidarlos por evitar la culpa o por orgullo.
Si pensamos bien en las consecuencias de esas mentiras, versiones o medias verdades, tal vez logremos evitarlas o mejor aun extinguirlas, y asi convertirnos en personas leales, confiables y reales. Eso si sería lo mejor.
Creemos que el llorar o mostrarnos débiles ante nuestras ideas o comportamientos, pueden ser una forma de permitir que los demás nos hieran, pero no es así en realidad, porque las disculpas pueden aminorar ese dolor provocado y mostrar de nosotros valentía lo cual nos hace respetables y confiables.
La confianza en toda relación de amistad, filial o de romance es lo más imprescindible que debiera existir, y esta en nosotros el conseguirla.
Si una persona le dice a otra todo el tiempo lo que quiere escuchar, o mentiras o frases para evitar la verdad, la otra persona tarde o temprano se dará cuenta de ello y no confiará más, peor aún si todo el tiempo se cambian las verdades por mentiras y visceversa.
Un ejemplo de esto puede ser el bien conocido “te amo” para complacer a la persona o obtener algo de ella, y después decirle “ no sé si te amo”. Como alguién puede confiar en esa persona si cambia todo el tiempo de argumento, aunque la verdad duela es mejor decirla, pero ojo la verdad libre de doble intencionalidad. Muchas veces decimos verdades que son las versiones de ese hecho o sentimiento, que sin embargo no son verdades, solo versiones; o también cuando existen sentimientos de venganza, odio, rabia, dolor. Creo que todos conocemos la verdad de algo que nos sucede o de algo que pensamos, sólo que preferimos ignorarlos u olvidarlos por evitar la culpa o por orgullo.
Si pensamos bien en las consecuencias de esas mentiras, versiones o medias verdades, tal vez logremos evitarlas o mejor aun extinguirlas, y asi convertirnos en personas leales, confiables y reales. Eso si sería lo mejor.
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