Sociedad Sedentaria

Ya es común en la vida contemporánea la creación de productos y servicios que nos facilitan la vida, hacen que hagamos las cosas de manera rápida y sencilla para que dispongamos mejor de nuestro tiempo, es así que la vida se hace mas fácil y cómoda, podemos ver mas tiempo programas de television, estar mas tiempo con nuestra familia o seres queridos, o dedicarnos a lo que nos gusta hacer. Todo esto parece ser  comun de la vida moderna. Nuestro abuelos nos dicen a menudo cuan fácil es ahora tu vida, ya que en sus tiempos no existía tanta tecnología y la vida era mas trabajada, uno debía esforzarse mas para conseguir lo que uno quería. Todo esto nos hace que nos preguntemos si realmente tenemos una vida mas fácil y cómoda, por que antes se daba mas valor al esfuerzo, bueno la vida fácil nos a traído también ciertas cuestiones que pasamos por alto, es un problema evidente que hoy en día la gente realiza menor esfuerzo físico, realiza menor esfuerzo mental, ya que los productos que se ofrecen ya lo hacen todo, desde transportarnos hacia donde queremos hasta tener cualquier información en un instante y en cualquier lugar, y como resultado estamos creando una vida mas sedentaria, y por lo tanto estamos mas a disposición de los excesos, y de los impulsos, provocando problemas de salud, falta de desarrollo cognoscitivo, etc. Una causa general es que no ponemos un limite y diferencia a nuestras necesidades y a nuestros impulsos, y por ello es mas fácil sucumbir al placer de las tentaciones.

El estar concientes de las necesidades es tarea difícil para cualquier persona, ¿como podemos medir cuan satisfechos debemos estar para con nuestras necesidades?, a veces obviamos nuestra la naturaleza sencilla de todo ser vivo como ser: el de alimentarnos solo cuando nuestro cuerpo lo necesite, dios nos dio dos piernas deberiamos usarlas, tenemos la posibilidad de razonar y acumular información, esto es privilegio nuestro, un aspecto importante para una vida saludable no esta solo en la practica de la misma, sino en cuanto nosotros aceptemos de manera razonable nuestras necesidades e impulsos.